No entiendo muy bien porque cuando estoy demasiado feliz o demasiado algo, no puedo escribir, necesito sorprenderme de mis letras para poder terminar un día.
Directamente y por lo general, nunca soñé ser escritora, de hecho eso estaba un montón fuera del alcance de la visión de mi vida, lo que puedo decir es q en silencio, casi siempre, el comité de mi cabeza desenvaina el maldito secreto de mi vida, dejándome al borde del suicidio en cuanto me privo a mi de lo q sin querer quiero ser, quiero escribir. Yo un día, quise ser Camille Claudel, famosa musa de Rodin, pero hoy, hoy quise ser Pizarnik y ser maga. Y vos, vos q estas del otro lado de mi pantalla, vos q no sabes nada de mi vida y yo q no puedo dejar de leerte, vos q estas dormido y yo q no puedo despertar, q pensas de todo este montón de vulgaridades q me he tomado el tiempo para escribirte, sin los dedos miserables de sabina q le quiten y le den cuerda a mi reloj…
Me aburro de mis letras, cierro mi pantalla de un golpe y después me alegro de la eterna confesión de mi bloqueada cabeza sin luz ni nada.
Cuéntame hombre de mil secretos, contáme solo uno para poder dormir esta noche sin mis guerras y sin sueños.
