la cinta de una tinta, distinta, extinta, indistinta, entrecinta, microcinta de una gran pinta: sacatinta, trocatinta

miércoles, 18 de noviembre de 2009

De wisas y cuetes

Estábamos sobre la sexta avenida “A” justo por donde se mantienen los vendedores de documentos falsos.
Yo llevaba una falda de mezclilla, tenis y una bufanda roja, fue en diciembre del 2007.
Tomaba un café mientras mi compañero esperaba a que le entregaran su pasaporte falso, había tenido problemas en el otro pueblo y tenia mucha gente tras el, en ese caló le decían; andar de guinda (ser perseguido)

Estaba sentada en la grada de la puerta de la mezquita, eran las 8:algo AM seguía tomando el café cuando oí que en voz muy baja y rápido, me dijo; tiras ese café a la mierda y corre para el gallito, nos juntamos en donde los calacas a las 11:15, cuando llegues a la 3 te pones el suéter, deja la mochila con el jefe y te vas para las gradas .

Todas las noches antes de dormir y mientras limpiaba la Thunder 9mm plateada, me decía cosas como;
1. si te digo que corras, no preguntes porque
2. si te digo que te alejes, después hablamos de las razones
3. si te digo al piso, es al piso, no cuestiones
4. si te digo que camines, no voltees a verme
5. cuando te diga que corras, jamás volvas a ver lo que esta atrás
Pero eso si, si escuchas plomazos no regreses a buscarme; después ponía la 9 a un lado y yo me dormia, mientras el daba vueltas por el cuarto con ese insomnio al que ya me había acostumbrado, era como dormir con un centinela vigilando mi sueño.
No tengo idea porque, pero confiaba en lo que me decía, el tenia experiencia en eso de huir y yo solo sabia correr, sabia correr muy bien.

Tiré el café como me dijo y corrí hacia la esquina, empecé a bajar por cuadras corriendo, vi una patrulla que iba en sentido contrario y empecé a caminar, cruzaron en la 6ta “A” y se escucharon plomazos, cuando los perdí empecé a correr otra vez.
Al fin llegué a la gasolinera de la entrada del gallito, pare en la esquina, saque el suéter de la mochila y guarde los lentes.
Pensaba en que talvez no tendría sentido llegar a las gradas, estaba muy nerviosa porque de verdad no sabia que estaba pasando.
Al sacar el suéter vi que habían 2 quesos de coca dentro de la mochila, empecé a temblar y me di cuenta que conmigo cargaba una de mis debilidades mas grandes, me sudaban las manos y mientras caminaba hacia las gradas, solo pensaba en eso que cargaba alli dentro, como no me había dado cuenta antes, el cabron andaba tranzando y yo ni enterada.

1 comentario:

Erick dijo...

Interesantes historias como siempre, ojala que podás seguir publicando mas y compartiendo tus experiencias, realmente son impactantes e interesantes, saludos.

¿Y yo quien soy, de donde vengo, en donde estoy?

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