Es el juego de la vida el q mas probabilidades te da de perder, siempre perder y aprender de lo q ya no esta, nos lamentamos por años de errores pasados y después nos damos cuenta q la vida se fue y quedamos como tierra escondidos bajo nuestras mascaras, bajo una sonrisa de lagrimas filosas.
Es el año nuevo el juego del cambio, de mil propuestas y promesas sucias y quien quiere ponerse de nuevo la armadura q pesa en nuestros hombros?
Si en nuestra cabeza terminan los días al ver caer el sol, y desaparece el fuego en un horizonte manchado, entonces no pensamos q las horas y los días solo están en el tablero de nuestro pensamiento q la vida no es un día eterno y nos vemos enredados en lo q mas temíamos, en una vida de cristal, en una vida material
Derrota
Costumbres
Ataduras
Lazos
Invisibles
Trozos
Empiezan de nuevo los tiempos de guerra
Y mientras vemos como se va el año viejo, recurrimos a fuerzas mayores con el afán de combatir aquella mala costumbre de recordar, entonces recuerdos q vienen y van desgarrando debilidades, rompiendo esquemas y destruyendo la fortaleza propia de la persona...
Cuantos horizontes, cuantos corazones, cuantas lagrimas, cuanta sangre y sigue la manía de dolor en estos corazones de papel, de combate...
Es el año nuevo el juego del cambio, de mil propuestas y promesas sucias y ¿quien quiere ponerse de nuevo la armadura q pesa en nuestros hombros?
Entonces debemos aceptar la derrota en nuestra pobre lucha contra el tiempo
Y nos vamos de irrealidades en el viaje por nuestras mentes
Pero quienes están dispuestos a verse a los ojos cuando viene un loco en el camino
Con un compañero, en una lucha, x perder una guerra, ese es el que gana.
domingo, 29 de noviembre de 2009
pat
Pat era diabética, se había enfermado fuertemente a eso de las 2 de la mañana de algo q tenia q ver con la diabetes, llamaron a los bomberos de Heredia y en 10 minutos ya estaban allí, la encargada de la casa de mujeres pregunto si alguien podía acompañar a Pat al hospital, pensé q seria bueno conocer un poco de Heredia, entonces me apunte como voluntaria para no dejar a Pat sola.
Entramos a un hospitalito publico de Heredia, era horrible, de entrada olía a muerte y a mi de verdad no me interesaba Pat, esperé como 4 horas allí dentro, después me aburrí y le dije q me regresaría al centro.
Cuando me subí al taxi, dimos una gran vuelta x unas bajadas a lo “san francisco”
Le pregunte al taxista si sabia en donde vendían papas (crack) y me dijo que no, entonces le pedí q parara en la siguiente pulpería, me baje y compre un six pack de Pilsen, regrese al centro justo a la hora del desayuno, así que la encargada estaba abajo, en la casa de los hombres.
Entre corriendo a guardar las cervezas al cuarto y regrese con la encargada para q me revisara. Después comimos y vimos una película.
A eso de las 11 de la mañana ya no teníamos nada q hacer y me subí al cuarto a tomarme una cerveza, cuando entro Irene y me pregunto q estaba haciendo, así q tranquila le dije q tomando unas cervezas. Me dijo q la invitara a una, así q nos tomamos las cervezas y nos reímos viendo desde la ventana el partido de fut de los hombres.
Lisa era una venezolana muy linda que trabajaba de modelo en alguna línea importante de la moda de su país, en su trabajo tenia que desvelarse muchísimo normalmente y la llevaban como edecán a ferias y cosas de esas. Por lo que sus mismos jefes le presentaron a doña coca y se enamoro de su próxima asesina.
Cuando nos llamaron para la cena estábamos cruzadas con todo el coctel de rivotril, topamax, paxil y cerveza, así que le dijimos a la encargada de la cena que íbamos a comer después para que no tuviéramos que bajar, Lisa subió a traer un suéter y se dio cuenta que había un olor muy conocido por todo el cuarto, se arrodillo frente a mi cama y vio las 6 latas vacías, no dijo nada y bajo.
Cuando Lisa termino de bajar nos levantamos con Irene y desaparecimos las latas y bajamos a comer.
Como media hora después subió la encargada preguntando si alguien había estado tomando cerveza allí, claro, Lisa nos había quemado.
Y como no íbamos a estar todas locas en ese lugar en donde nos mantenían dopadas.
Si se enteraban que yo había entrado cerveza, me habrían echado, si se enteraban que Irene había tomado, también la habrían echado, entonces lo negamos y lo negamos.
Ya para la noche se nos había pasado el efecto de la mezcla de sustancias alegrantes.
Estaba furiosa con Lisa por barbera.
Lisa había llevado al centro una almohadita de esas aguadas con arroz dentro, tenia forma de corazón y era rozado, lo quería mucho y decía que se lo había regalado alguien muy especial.
Entramos a un hospitalito publico de Heredia, era horrible, de entrada olía a muerte y a mi de verdad no me interesaba Pat, esperé como 4 horas allí dentro, después me aburrí y le dije q me regresaría al centro.
Cuando me subí al taxi, dimos una gran vuelta x unas bajadas a lo “san francisco”
Le pregunte al taxista si sabia en donde vendían papas (crack) y me dijo que no, entonces le pedí q parara en la siguiente pulpería, me baje y compre un six pack de Pilsen, regrese al centro justo a la hora del desayuno, así que la encargada estaba abajo, en la casa de los hombres.
Entre corriendo a guardar las cervezas al cuarto y regrese con la encargada para q me revisara. Después comimos y vimos una película.
A eso de las 11 de la mañana ya no teníamos nada q hacer y me subí al cuarto a tomarme una cerveza, cuando entro Irene y me pregunto q estaba haciendo, así q tranquila le dije q tomando unas cervezas. Me dijo q la invitara a una, así q nos tomamos las cervezas y nos reímos viendo desde la ventana el partido de fut de los hombres.
Lisa era una venezolana muy linda que trabajaba de modelo en alguna línea importante de la moda de su país, en su trabajo tenia que desvelarse muchísimo normalmente y la llevaban como edecán a ferias y cosas de esas. Por lo que sus mismos jefes le presentaron a doña coca y se enamoro de su próxima asesina.
Cuando nos llamaron para la cena estábamos cruzadas con todo el coctel de rivotril, topamax, paxil y cerveza, así que le dijimos a la encargada de la cena que íbamos a comer después para que no tuviéramos que bajar, Lisa subió a traer un suéter y se dio cuenta que había un olor muy conocido por todo el cuarto, se arrodillo frente a mi cama y vio las 6 latas vacías, no dijo nada y bajo.
Cuando Lisa termino de bajar nos levantamos con Irene y desaparecimos las latas y bajamos a comer.
Como media hora después subió la encargada preguntando si alguien había estado tomando cerveza allí, claro, Lisa nos había quemado.
Y como no íbamos a estar todas locas en ese lugar en donde nos mantenían dopadas.
Si se enteraban que yo había entrado cerveza, me habrían echado, si se enteraban que Irene había tomado, también la habrían echado, entonces lo negamos y lo negamos.
Ya para la noche se nos había pasado el efecto de la mezcla de sustancias alegrantes.
Estaba furiosa con Lisa por barbera.
Lisa había llevado al centro una almohadita de esas aguadas con arroz dentro, tenia forma de corazón y era rozado, lo quería mucho y decía que se lo había regalado alguien muy especial.
faltaban 46
Nos bajamos de un taxi rojo, entré a una casa vieja y fria, me presentaron.
La primera persona que vi, era una guatemalteca que se llamaba Victoria, ella era una señora que de verdad aparentaba tener mucha mas edad de la que tenia, era muy delgada, con unas ojeras inmensas y el pelo largo y despeinado, siempre lo tenia suelto y la espalda un poco encorvada, parecía que para ella la vida ya no tenia sentido y siempre habla de su exmarido del que se refería como “el cerote”. Victoria y “el cerote” vivían juntos en Guatemala en una casa en la zona 14 la cual perdieron por un préstamo al banco y tuvieron que mudarse a una casa de huéspedes en la zona 15, se pasaban el día entero tratando de conseguir juntos un poco de dinero para poder comprar cocaína, pasaron así un tiempo, hasta que el dinero se hacia escaso y necesitaban pagar un cuarto.
Pararon viviendo en el gallito de la zona 3 en un hotel fantasma. (Así se le llama a un hotel que funciona como bunker de consumo y no se paga por noche, sino por servicio) y cambiaron la cocaína por el crack, que salía mas barato y al empezar a consumirlo no se puede parar.
Decían que solo había tres salidas para esta adicción, la cárcel, la muerte o cartonear, que podía ser peor que la muerte.
Pero un buen día, entró “el cerote” al hotel con una 9 milímetros amenazando a victoria de matarla si no le entregaba los 7 gramos de crack que se le habían perdido.
Victoria se puso furiosa porque sabia que el se las había fumado y lo empujo, el le apunto al pecho y disparo, se dio la vuelta y se largo a comprar un poco mas de crack. Victoria se salvo por un par de milímetros, la bala entro en la clavícula y se ahogo por un nervio cerca del corazon, así que del hospital sus hijos la mandaron a internarse fuera de Guatemala y por eso coincidimos en Costa Rica. Cuando Victoria termino de contarme porque razón habíamos coincidido, me presento a una heroinómana llamada Cristina. Talvez una de las personas mas locas que he conocido en mi vida. Cristina tenia 24 años, era blanca, delgada, ojos verdes, rubia, de estatura baja y como sonrisa tenia una mueca extraña que mas parecía burla, tenia en su boca el clásico movimiento de una maquina de escribir.
Lo primero que dijo cristina cuando me vio fue: hola yo soy lesbiana, pero no te preocupes, vos no me gustas.
Bienvenida a un país desconocido, soy una desconocida mas que te aseguro te caera mal. Mientras la encargada decía: esta va a ser tu nueva familia y todavía falta que conozcas a las demás.
La primera persona que vi, era una guatemalteca que se llamaba Victoria, ella era una señora que de verdad aparentaba tener mucha mas edad de la que tenia, era muy delgada, con unas ojeras inmensas y el pelo largo y despeinado, siempre lo tenia suelto y la espalda un poco encorvada, parecía que para ella la vida ya no tenia sentido y siempre habla de su exmarido del que se refería como “el cerote”. Victoria y “el cerote” vivían juntos en Guatemala en una casa en la zona 14 la cual perdieron por un préstamo al banco y tuvieron que mudarse a una casa de huéspedes en la zona 15, se pasaban el día entero tratando de conseguir juntos un poco de dinero para poder comprar cocaína, pasaron así un tiempo, hasta que el dinero se hacia escaso y necesitaban pagar un cuarto.
Pararon viviendo en el gallito de la zona 3 en un hotel fantasma. (Así se le llama a un hotel que funciona como bunker de consumo y no se paga por noche, sino por servicio) y cambiaron la cocaína por el crack, que salía mas barato y al empezar a consumirlo no se puede parar.
Decían que solo había tres salidas para esta adicción, la cárcel, la muerte o cartonear, que podía ser peor que la muerte.
Pero un buen día, entró “el cerote” al hotel con una 9 milímetros amenazando a victoria de matarla si no le entregaba los 7 gramos de crack que se le habían perdido.
Victoria se puso furiosa porque sabia que el se las había fumado y lo empujo, el le apunto al pecho y disparo, se dio la vuelta y se largo a comprar un poco mas de crack. Victoria se salvo por un par de milímetros, la bala entro en la clavícula y se ahogo por un nervio cerca del corazon, así que del hospital sus hijos la mandaron a internarse fuera de Guatemala y por eso coincidimos en Costa Rica. Cuando Victoria termino de contarme porque razón habíamos coincidido, me presento a una heroinómana llamada Cristina. Talvez una de las personas mas locas que he conocido en mi vida. Cristina tenia 24 años, era blanca, delgada, ojos verdes, rubia, de estatura baja y como sonrisa tenia una mueca extraña que mas parecía burla, tenia en su boca el clásico movimiento de una maquina de escribir.
Lo primero que dijo cristina cuando me vio fue: hola yo soy lesbiana, pero no te preocupes, vos no me gustas.
Bienvenida a un país desconocido, soy una desconocida mas que te aseguro te caera mal. Mientras la encargada decía: esta va a ser tu nueva familia y todavía falta que conozcas a las demás.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
De wisas y cuetes
Estábamos sobre la sexta avenida “A” justo por donde se mantienen los vendedores de documentos falsos.
Yo llevaba una falda de mezclilla, tenis y una bufanda roja, fue en diciembre del 2007.
Tomaba un café mientras mi compañero esperaba a que le entregaran su pasaporte falso, había tenido problemas en el otro pueblo y tenia mucha gente tras el, en ese caló le decían; andar de guinda (ser perseguido)
Estaba sentada en la grada de la puerta de la mezquita, eran las 8:algo AM seguía tomando el café cuando oí que en voz muy baja y rápido, me dijo; tiras ese café a la mierda y corre para el gallito, nos juntamos en donde los calacas a las 11:15, cuando llegues a la 3 te pones el suéter, deja la mochila con el jefe y te vas para las gradas .
Todas las noches antes de dormir y mientras limpiaba la Thunder 9mm plateada, me decía cosas como;
1. si te digo que corras, no preguntes porque
2. si te digo que te alejes, después hablamos de las razones
3. si te digo al piso, es al piso, no cuestiones
4. si te digo que camines, no voltees a verme
5. cuando te diga que corras, jamás volvas a ver lo que esta atrás
Pero eso si, si escuchas plomazos no regreses a buscarme; después ponía la 9 a un lado y yo me dormia, mientras el daba vueltas por el cuarto con ese insomnio al que ya me había acostumbrado, era como dormir con un centinela vigilando mi sueño.
No tengo idea porque, pero confiaba en lo que me decía, el tenia experiencia en eso de huir y yo solo sabia correr, sabia correr muy bien.
Tiré el café como me dijo y corrí hacia la esquina, empecé a bajar por cuadras corriendo, vi una patrulla que iba en sentido contrario y empecé a caminar, cruzaron en la 6ta “A” y se escucharon plomazos, cuando los perdí empecé a correr otra vez.
Al fin llegué a la gasolinera de la entrada del gallito, pare en la esquina, saque el suéter de la mochila y guarde los lentes.
Pensaba en que talvez no tendría sentido llegar a las gradas, estaba muy nerviosa porque de verdad no sabia que estaba pasando.
Al sacar el suéter vi que habían 2 quesos de coca dentro de la mochila, empecé a temblar y me di cuenta que conmigo cargaba una de mis debilidades mas grandes, me sudaban las manos y mientras caminaba hacia las gradas, solo pensaba en eso que cargaba alli dentro, como no me había dado cuenta antes, el cabron andaba tranzando y yo ni enterada.
Yo llevaba una falda de mezclilla, tenis y una bufanda roja, fue en diciembre del 2007.
Tomaba un café mientras mi compañero esperaba a que le entregaran su pasaporte falso, había tenido problemas en el otro pueblo y tenia mucha gente tras el, en ese caló le decían; andar de guinda (ser perseguido)
Estaba sentada en la grada de la puerta de la mezquita, eran las 8:algo AM seguía tomando el café cuando oí que en voz muy baja y rápido, me dijo; tiras ese café a la mierda y corre para el gallito, nos juntamos en donde los calacas a las 11:15, cuando llegues a la 3 te pones el suéter, deja la mochila con el jefe y te vas para las gradas .
Todas las noches antes de dormir y mientras limpiaba la Thunder 9mm plateada, me decía cosas como;
1. si te digo que corras, no preguntes porque
2. si te digo que te alejes, después hablamos de las razones
3. si te digo al piso, es al piso, no cuestiones
4. si te digo que camines, no voltees a verme
5. cuando te diga que corras, jamás volvas a ver lo que esta atrás
Pero eso si, si escuchas plomazos no regreses a buscarme; después ponía la 9 a un lado y yo me dormia, mientras el daba vueltas por el cuarto con ese insomnio al que ya me había acostumbrado, era como dormir con un centinela vigilando mi sueño.
No tengo idea porque, pero confiaba en lo que me decía, el tenia experiencia en eso de huir y yo solo sabia correr, sabia correr muy bien.
Tiré el café como me dijo y corrí hacia la esquina, empecé a bajar por cuadras corriendo, vi una patrulla que iba en sentido contrario y empecé a caminar, cruzaron en la 6ta “A” y se escucharon plomazos, cuando los perdí empecé a correr otra vez.
Al fin llegué a la gasolinera de la entrada del gallito, pare en la esquina, saque el suéter de la mochila y guarde los lentes.
Pensaba en que talvez no tendría sentido llegar a las gradas, estaba muy nerviosa porque de verdad no sabia que estaba pasando.
Al sacar el suéter vi que habían 2 quesos de coca dentro de la mochila, empecé a temblar y me di cuenta que conmigo cargaba una de mis debilidades mas grandes, me sudaban las manos y mientras caminaba hacia las gradas, solo pensaba en eso que cargaba alli dentro, como no me había dado cuenta antes, el cabron andaba tranzando y yo ni enterada.
martes, 10 de noviembre de 2009
misantropia multitudinaria
Yo era la multi-cambiante misántropa enamorada de calles tristes y dioses aburridos, solo dos cosas me importaban realmente y pasaba que raramente me gustaban las bienvenidas de gente, y conocer nuevas personas viejas; nunca fue lo mio. Las cosas que me elevaban la presión sanguínea ya no existen y no puedo decir que ahora encuentro algo nuevo con que distraerme, mas que estas ganas de huir de mi cabeza cambiante y aburrida.
Honestamente no se mucho de nada, se como alejar gente y como cerrar las ventanas, pero como ya dije, solo hay dos cosas que realmente me importan y como no me elevan la presión, entonces talvez no me interesen tanto, tanto como suena, como para quedarme a vivir con esa misma manera de deshacerme de los viejos sueños y encantos muertos, pero puedo decir, me aburre toda esta forma de vivir y matar, no me gusta mucho la gente como para quedarme a vivir con ellos, pero tengo que demostrar que no soy tan tonta, maestro, como para huir de esa manera de pensar, entonces sigo insistiendo en querer pintar alguna informalidad, en algo, de rojo, pero, ¿en donde? Ya he dejado millones de cadáveres de ideas en una fosa comunal de una cabeza vagabunda ¿y que? Si este mal no tiene cura alguna, mas que la de los fantasmas de mis miedos, miedos tontos, siempre supe bien como lastimar a los demás, lo que nunca supe fue como hacerlo regresar. Pero tampoco me importa tanto como para terminar alli, estoy aburrida y lo unico que se hacer no lo hago bien, asi que mejor sigo escribiendo para ver si algun viejo con su guitarra me endulza otra vez la vida, ya me harte de Mozart, de Sabina, de un tonto pintor y llore por Camille Claudel
Honestamente no se mucho de nada, se como alejar gente y como cerrar las ventanas, pero como ya dije, solo hay dos cosas que realmente me importan y como no me elevan la presión, entonces talvez no me interesen tanto, tanto como suena, como para quedarme a vivir con esa misma manera de deshacerme de los viejos sueños y encantos muertos, pero puedo decir, me aburre toda esta forma de vivir y matar, no me gusta mucho la gente como para quedarme a vivir con ellos, pero tengo que demostrar que no soy tan tonta, maestro, como para huir de esa manera de pensar, entonces sigo insistiendo en querer pintar alguna informalidad, en algo, de rojo, pero, ¿en donde? Ya he dejado millones de cadáveres de ideas en una fosa comunal de una cabeza vagabunda ¿y que? Si este mal no tiene cura alguna, mas que la de los fantasmas de mis miedos, miedos tontos, siempre supe bien como lastimar a los demás, lo que nunca supe fue como hacerlo regresar. Pero tampoco me importa tanto como para terminar alli, estoy aburrida y lo unico que se hacer no lo hago bien, asi que mejor sigo escribiendo para ver si algun viejo con su guitarra me endulza otra vez la vida, ya me harte de Mozart, de Sabina, de un tonto pintor y llore por Camille Claudel
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